El mar posee una fuerza atractora que es muy evidente pero no resulta fácil de explicar. ¿Es un recuerdo ancestral que evoca parte de nuestra evolución frente a la costa o un deseo de partir hacia nuevos horizontes más allá del infinito? ¿Es el refugio de encontrarse como niños en la arena buscando formas, o el de sumergirse en el agua y desaparecer?
Los Floripondios Marinos no pretenden responder esas preguntas, pero son el resultado de soltar la mano y permitirle reconstruir lo que sintió en la playa.
Esculturas inspiradas en la geometría coralina, modeladas a mano por María Raquel Ferrer.